Efectos de la anticoncepción sobre la sexualidad

Efectos de la anticoncepción sobre la sexualidad

Más allá de la eficacia anticonceptiva, los distintos métodos pueden tener una repercusión diferente en la sexualidad de cada pareja.

 

Cada mujer y cada pareja según el momento de sus vidas, se sienten más cómodos o seguros con un método u otro. Aún entre los métodos más eficaces y recomendables para una vida sexual sana podemos observar que cada uno requiere de un tipo de mujer o pareja en particular para que su efecto sea realmente efectivo. Los métodos menos eficaces son negativos en el acompañamiento de un encuentro sexual satisfactorio.

Detengámonos en cada método en particular, más allá de su eficacia anticonceptiva:

La píldora anticonceptiva necesita de una usuaria con una personalidad metódica y ordenada para que su eficacia fisiológica pueda realizarse.

En este sentido, las personalidades infantiles, melancólicas, las mujeres con algún grado de debilidad mental, y las adolescentes en general son una población poco confiable en cuanto a recordar su toma diaria. En estos casos, especialmente en las adolescentes es necesario educarlas para la responsabilidad de su auto-cuidado.

En cuanto a su efecto sobre la sexualidad, en general, la vivencia de naturalidad y libertad que provoca su uso beneficia la vida sexual. Sin embargo, algunas mujeres temerosas y pendientes de las señales de su cuerpo como enfermedades posibles, pueden alterar su estabilidad emocional por temer a un invasor interno que las ataca, incrementando su ansiedad o depresión.

Así mismo, quienes manifiestan sentimientos contradictorios con respecto a su sexualidad pueden sentirse culpables por dejarse llevar “sólo por sus impulsos sexuales”, ya que la reproducción no se producirá.

El diafragma y las esponjas vaginales, generalmente indicadas en mujeres con relaciones sexuales esporádicas, produce la vivencia casi natural del acto sexual. Sin embargo, puede ser rechazado por su interferencia en la espontaneidad del encuentro o por las características de personalidad de los miembros de la pareja.

Es muy bien aceptado por aquellas mujeres que conocen su cuerpo y sus genitales y que llevan una vida sexual satisfactoria. En cambio, aquellas mujeres que se avergüenzan o sienten culpa o miedo por tocar sus genitales, no lo aceptan o se lo colocan mal involuntariamente.

Algunos hombres rechazan el diafragma por sentir que entran en contacto con un cuerpo extraño.

El dispositivo intrauterino produce efectos similares a la píldora. Es vivido con libertad y confianza, naturalizando el encuentro sexual o es rechazado por profundos sentimientos de culpa religiosos o por ser vivido como un cuerpo extraño que puede dañar interiormente.

En estos casos puede suceder que la mujer lo expulse o manifieste síntomas secundarios a su uso -provocar dolor durante la penetración profunda o el orgasmo, entre otros-. Algunos hombres pueden percibir los hilos y sentirse molestos o descubrirse ansiosos ante él.

Las jaleas y los óvulos pueden ser rechazados por su asociación con la suciedad y el asco. Algunos hombres pueden molestarse por el exceso de lubricación vaginal e interferir en la práctica del sexo oral con naturalidad.

El coito interrumpido, además de su baja eficacia, impide el ajuste sexual de la pareja. La ansiedad y la tensión sexual no descargada pueden producir efectos emocionales negativos en ambos miembros de la pareja. Para el hombre, es una gran exigencia de control y para la mujer es una frustración ya que sus tiempos y ritmos están condicionados por el método.

El método del ritmo o de los días no fértiles condiciona el deseo sexual, pues las personas “deben” tener relaciones sexuales en determinadas fechas más allá de que tengan ganas o no; y viceversa, cuando el deseo aparece, no pueden dejarse llevar por él. En este sentido, este método perturba el desarrollo normal de la vida sexual. Además crea la ilusión de estar cuidándose de un embarazo, lo que inhibe elegir métodos realmente eficaces.

El preservativo masculino suele ser rechazado por la generación de personas que encontraron mayor comodidad en otros métodos. Pero, actualmente, más allá de la anticoncepción es indispensable como preventivo de enfermedades transmisibles sexualmente. Es necesario aprender a colocarlo antes de que los genitales entren en contacto y retirarlo sosteniéndolo.

Las quejas habituales de que disminuye la sensibilidad, de que interfiere en la espontaneidad y en la erección están basadas en la no aceptación previa a su uso. No hay motivos orgánicos reales de perturbación y la inhibición de la espontaneidad puede ser vencida por la creatividad, haciendo que forme parte del juego sexual. Vencidos estos obstáculos, es un muy buen aliado de una vida sexual satisfactoria.

El preservativo femenino, poco utilizado aún en nuestro medio, suele ser rechazado por quitar naturalidad al encuentro, por vivencias antiestéticas y por disminuir la sensibilidad. En este sentido es importante considerar que el rechazo de los métodos de barrera por considerar que quitan espontaneidad al encuentro, puede ser fácilmente resuelto si se los incorpora al juego sexual de la pareja. En vez de ser colocados a escondidas, ambos pueden participar para su colocación, con diversas conductas de estímulo erótico.

Para que las personas puedan expresar su deseo sexual con libertad necesitan descansar en un método confiable y tranquilizador elegido por y para ellos.

A partir de allí su bienestar sexual dependerá de otros factores relacionados con su personalidad, su historia, sus modelos y mandatos, su sistema de valores y la relación general con su pareja.

Autor: Lic. Virginia Martínez Verdier
www.sexuar.com.ar

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